Un grupo de investigadores canadienses dirigido por el profesor José Azaña publicó un artículo académico esta semana que describe el proceso de creación de un dispositivo de invisibilidad que inventaron. El dispositivo es capaz de evitar el reflejo de la luz y, por tanto, ocultar otro objeto de cualquier color en el espectro visible.
La técnica utilizada es diferente a la que se utilizó en la comunidad científica para buscar la creación de un dispositivo de invisibilidad verdaderamente funcional. Hasta entonces, la técnica consistía en iluminar un objeto coloreado con luz del color opuesto en el espectro visible. En laboratorios con ambientes controlados, era posible disfrazar los objetos, pero no eran completamente imperceptibles para el ojo humano. Aparte de eso, al intentar replicar estos experimentos con luz solar natural, los resultados siempre fueron negativos.

En definitiva, las soluciones clásicas se basaban en modificar la propagación de la luz alrededor del objeto a ocultar, pero debido a la diferencia de frecuencia de las ondas de cada color, surgía un problema pintoresco. “El problema es que diferentes colores o frecuencias del espectro de luz requieren diferentes intervalos de tiempo para atravesar el dispositivo de invisibilidad. Como resultado, la distorsión temporal creada alrededor del dispositivo revela su presencia, arruinando el efecto de invisibilidad”, dijo el profesor Azaña a El País.
La solución encontrada por el equipo canadiense se basa en el «efecto Talbot» y hace que las ondas de luz se propaguen a través del objeto sin reflejarse, en lugar de forzarlas alrededor de un elemento. Para ello, los científicos estudiaron la propagación de las ondas de luz de cada color visible y no visible. Armados con este conocimiento, primero pudieron cambiar las frecuencias de luz a otras regiones del espectro que no se verían afectadas por la reflexión o la propagación causada por el objeto a enmascarar.
El concepto suena complejo, pero la idea en sí no es tan complicada. Un ejemplo de cómo funciona esta técnica sería el siguiente: el ojo humano percibe un objeto verde porque solo puede reflejar la luz verde del espectro visible, por lo que los investigadores usan el dispositivo para mover la luz verde hacia otra parte del espectro. (azul, por ejemplo) antes de que golpee el objeto. De esta forma, cuando la luz natural incide sobre el elemento a ocultar, no puede reflejarse y “pasa a través”.
Solicitud
Por ahora, este efecto solo se puede jugar en una dimensión. De esta forma, si una persona mira el objeto camuflado desde un ángulo diferente, podrá percibir la perturbación lumínica.
Crear nuevos métodos de aislamiento térmico y acústico o para hacer edificios resistentes a terremotos
Como el efecto Talbot se puede observar en todo tipo de ondas, las investigaciones del equipo de Azaña se pueden aplicar en otros campos. “Los procesos utilizados en nuestro estudio tienen carácter universal y, por tanto, podrían aplicarse a ondas de naturaleza diferente al electromagnetismo”, explica el investigador. Según ellos, el mismo proceso creado para hacer que los objetos sean «inmunes» a la luz podría modificarse para crear nuevos métodos de aislamiento térmico y acústico o para hacer que los edificios sean resistentes a terremotos, ya que sería posible evitar la reflexión de ondas térmicas y mecánicas en estos edificios.
Los investigadores ahora están pasando a la segunda fase del proyecto, que busca ocultar objetos en múltiples dimensiones, pero aún no hay una predicción sobre la llegada a la escena de una «capa de invisibilidad» al estilo de Harry Potter Marlet.