(Fuente de imagen: Reproducción / Universidad de Santa Bárbara)
Todo el mundo sabe que el arcoíris tiene siete colores: rojo, naranja, amarillo, verde, azul, índigo y violeta, aunque no todo el mundo puede verlos todos. El propio Newton solo pudo identificar cinco.
Sin embargo, un grupo de físicos en la Universidad de Santa Bárbara logró generar 11 colores diferentes mediante la aplicación de rayos láser a dos frecuencias, alta y baja, contra una lámina de arseniuro de galio, un material semiconductor.
Los láseres provocaron la separación de los electrones de sus átomos, su aceleración y luego su violenta atracción hacia los átomos desprovistos de estas partículas. La colisión produjo suficiente energía para generar simultáneamente múltiples frecuencias de luz, traducidas en color, en un fenómeno nunca antes visto.
Aplicaciones prácticas
Además de hacer que el arco iris sea más colorido, la técnica también tiene aplicaciones prácticas. El retroceso electrónico tiene el potencial de aumentar significativamente la velocidad de la transferencia de datos y los procesos de comunicación mediante la generación de nuevas frecuencias, lo que permite, por ejemplo, enviar información a través de múltiples canales.
(Fuente de imagen: Reproducción/Wikipedia)
Los científicos esperan desarrollar esta tecnología para su uso en un transistor que funcione a frecuencias de terahercios, lo que aumentaría la velocidad a la que se pueden enviar datos a través de cables de fibra óptica.